A141-01


Auto 141/01

Auto 141/01

 

CONFLICTO DE COMPETENCIA EN TUTELA/ NULIDAD POR APLICACION DE DECRETO QUE ESTABLECE REGLAS DE COMPETENCIA PARA REPARTO DE LA ACCION DE TUTELA

 

Referencia: expediente T-401293

 

Acción de tutela interpuesta por Blanca Orlanda Hurtado Díaz contra el Juzgado 26 Civil Municipal de Bogotá.

 

Magistrado Ponente:

Dr. JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO

 

 

Bogotá, D.C., cuatro (4) de abril de dos mil uno (2001).

 

I ANTECEDENTES

 

El 18 de octubre de 2000 Blanca Orlanda Hurtado Díaz interpuso acción de tutela contra el Juzgado 26 Civil Municipal de Bogotá por haber ordenado, dentro de un proceso ejecutivo, el embargo de un inmueble del que es poseedora desde hace 18 años y sobre el cual ha construido varias mejoras.

 

El Juzgado 42 Civil Municipal inadmitió la tutela instaurada y solicitó que la accionante manifestara bajo juramento si no había interpuesto ya otra acción por los mismos hechos e indicara el derecho fundamental que consideraba violado.

 

Ante ello, la actora, mediante comunicación de 26 de octubre de 2000, manifestó que no había interpuesto otra acción de tutela por los mismos hechos, que había accionado porque había sido mal orientada y que en realidad no se le había vulnerado ningún derecho.

 

El Juzgado 42 Civil Municipal dio aplicación al Decreto 1382 de 2000 y remitió la acción de tutela al Juzgado Civil de Circuito  (reparto)  pues ella no podía ser conocida por un despacho judicial de la misma categoría de aquél contra el que se interponía.

 

El 27 de octubre de 2000 el Juzgado 29 Civil de Circuito de Bogotá admitió la solicitud de tutela y ordenó aducir al proceso copia del ejecutivo promovido por Blanca Esperanza Zárate contra Jairo Cubillos.

 

El 9 de noviembre de 2000 el juez de conocimiento valoró como desistimiento la actitud asumida por la actora en la comunicación de 26 de octubre de 2000 y resolvió aceptarlo.

 

II. CONSIDERACIONES

 

La Sala advierte que el actor presentó su demanda ante el Juzgado Civil Municipal de Bogotá (Reparto) y que el Juzgado 42 Civil Municipal de esta ciudad, a quien correspondió su conocimiento, remitió el escrito al Juzgado Civil de Circuito por considerar que no era competente para conocer en virtud de lo dispuesto en el Decreto 1382 de 2000.  Con base en ese decreto el Juzgado 29 Civil de Circuito admitió la demanda instaurada y luego aceptó el desistimiento formulado por la actora.

 

La Corte, en reiteradas oportunidades, inaplicó el artículo 1 del Decreto 1382 de 2000 por considerarlo contrario a la Carta Política pues impone límites al ejercicio de la acción de tutela que no han sido previstos por el constituyente, desconoce la reserva legal establecida en el literal a del artículo 152 del Texto Fundamental para la regulación de los derechos y deberes fundamentales de las personas y los procedimientos y recursos para su protección y desborda la facultad reglamentaria del Presidente de la República.  En ese sentido, por ejemplo, dijo la Corte en el Auto 085 del 26 de septiembre de 2000 (M.P.: Dr. Alfredo Beltrán Sierra)[1]

 

"2.  El artículo 86 de la Carta Política vigente consagra la acción de tutela para la protección de los derechos fundamentales cuando quiera que estos se encuentren vulnerados o amenazados por la acción u omisión de cualquier autoridad pública y autoriza al legislador para establecer aquellos "casos en que esta acción procede contra los particulares encargados de la prestación de un servicio público o cuya conducta afecte grave y directamente el interés colectivo, o respecto de quienes el solicitante se halle en estado de subordinación o indefensión".

 

3.  Dada la especial naturaleza de la acción de tutela como mecanismo judicial para hacer efectiva la protección de los derechos fundamentales, su regulación corresponde al legislador, conforme a lo dispuesto por el artículo 150 de la Carta Política. 

 

4.  No obstante ello, el propio constituyente en el artículo 5º transitorio de la Carta invistió de facultades extraordinarias al Presidente de la República para "reglamentar el derecho de tutela", como aparece en el literal b) de la norma citada, facultades estas para cuyo ejercicio se requería que el proyecto de decreto respectivo no fuera improbado por la "Comisión Especial" creada por el artículo transitorio 6º de la Constitución.

 

5.  El Gobierno Nacional en acatamiento a lo establecido por los artículos transitorios 5º, literal b) y 6º de la Carta, expidió entonces el Decreto 2591 de 1991 "por el cual se reglamenta la acción de tutela consagrada en el artículo 86 de la Constitución Política", decreto que en virtud de la materia a que el se refiere, aunque expedido por el Ejecutivo en razón de las facultades extraordinarias concedidas al Presidente de la República para ese efecto por la Asamblea Constituyente, es de carácter legislativo, es decir sus normas tienen la categoría de ley en sentido material. Y, siendo ello así, su reforma sólo compete al legislador, no al Presidente de la República mediante decreto reglamentario, pues ello no le es permitido conforme a lo dispuesto por el artículo 189 numeral 11 de la Constitución Política.

 

 6.  Así las cosas, con absoluta transparencia se observa que el Decreto 1382 de 12 de julio de 2000, publicado en el Diario Oficial No. 44.082 del viernes 14 de julio del mismo año, en su artículo 1º a pretexto de ejercer la potestad reglamentaria que corresponde al Presidente de la República conforme al numeral 11 del artículo 189 de la Constitución Política, lo que en realidad hace es introducir modificaciones al artículo 37 del Decreto 2591 de 1991 en materia de competencia para conocer de la acción de tutela. En efecto:

 

6.1. Mientras el artículo 37 del Decreto 2591 de 1991 establece que para el conocimiento de dicha acción tienen competencia, "a prevención, los jueces o tribunales con jurisdicción en el lugar donde ocurriere la violación o la amenaza que motivaren la presentación de la solicitud", el Decreto 1382 de 12 de julio de 2000 fija unas reglas nuevas de competencia teniendo en cuenta para ello si la acción de tutela se interpone contra cualquier autoridad pública nacional, departamental o municipal, hipótesis en las cuales la acción habrá de ejercerse en unos casos ante los Tribunales Superiores de Distrito Judicial, Administrativos y Consejos Seccionales de la Judicatura, en otros ante los Jueces del Circuito o con categoría de tales, en algunos otros casos ante los Jueces Municipales y, además, se agrega que cuando la acción se dirija en relación con "la aplicación de un acto administrativo general dictado por una autoridad nacional serán repartidas para su conocimiento al Tribunal Contencioso Administrativo de Cundinamarca, siempre que se ejerzan como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable".

 

6.2.  Adicionalmente, el artículo 1º del citado Decreto 1382 de 2000 establece que si la acción de tutela se ejerce "contra más de una autoridad" el asunto será de conocimiento del "juez de mayor jerarquía", según corresponda al nivel de las autoridades respecto de las cuales se impetra la protección de derechos fundamentales vulnerados o amenazados de vulneración.

 

6.3.  Por otra parte, el numeral 2º del artículo 1º del Decreto 1382 de 2000, dicta nuevas normas que fijan la competencia para los casos en que la acción de tutela se incoe contra funcionarios o corporaciones judiciales.

 

7.  Así las cosas, para la Corte es claro que el Presidente de la República carece de competencia para introducir modificaciones al artículo 37 del Decreto 2591 de 1991, como las que efectivamente introdujo a esa norma legal mediante el artículo 1º del Decreto 1382 de 2000, pues ello corresponde al Congreso de la República mediante ley, conforme a lo preceptuado en el artículo 150 de la Carta Política.

 

8.  Pero es más.  Mientras el artículo 86 de la Carta instituye como un derecho de toda persona ejercitar la "acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar" para impetrar la protección inmediata de los derechos fundamentales vulnerados o amenazados de vulneración, el artículo 1º del Decreto 1382 de 12 de julio de 2000 limita ese derecho con la asignación de competencia a distintos funcionarios judiciales teniendo en cuenta la categoría de las autoridades públicas contra las cuales pueda dirigirse la petición de amparo, lo que significa que ya no podrá entonces el afectado ejercitar tal acción ante cualquier juez, en cualquier momento y en todo lugar como expresamente lo dispuso el citado artículo 86 de la Constitución.

 

Siendo ello así, surge de bulto que el artículo 1º del Decreto 1382 de 12 de julio de 2000, fue mucho más allá de la usurpación al Congreso de la República para introducir modificaciones al artículo 37 del Decreto 2591 de 1991, para reformar, sin atribución alguna el artículo 86 de la Constitución Política, pues esa reforma no se ciñe para nada a ninguno de los procedimientos que para el efecto se establecen en el Título XIII de la Constitución (artículos 374 a 379)".

 

El pasado 14 de marzo del año en curso, el Presidente de la República decidió expedir el Decreto 404 por el cual suspendió la vigencia del referido Decreto por el término de un año y hasta tanto el Consejo de Estado se pronuncie sobre su legalidad.

 

Así las cosas, observa la Corte que, con el fin de garantizar la primacía de la Constitución, en el presente caso se debe decretar la nulidad de lo actuado a partir del auto proferido por el Juzgado 42 Civil Municipal de Bogotá el 26 de octubre de 2000 pues quien debe conocer de la presente tutela es el juez escogido por el actor, cuya competencia se determina por el lugar donde hubiere ocurrido la violación o amenaza que motivó la acción.  En consecuencia, se remitirá el expediente a ese despacho para que le imprima, a la mayor brevedad, el trámite correspondiente.

 

DECISION

 

Con base en las expuestas consideraciones, la Sala Cuarta de Revisión de la Corte Constitucional,

 

RESUELVE:

 

Primero.-  Declarar la nulidad de lo actuado en la acción de tutela interpuesta por Blanca Orlanda Hurtado Díaz contra el Juzgado 26 Civil Municipal de Bogotá a partir del auto de 26 de octubre de 2000.

 

Segundo.- Remítase el expediente al Juzgado 42 Civil Municipal de Bogotá para que, en forma inmediata, le imprima a esta acción de tutela el trámite que corresponda conforme a la ley.

 

Cópiese, notifíquese, comuníquese, publíquese en la Gaceta de la Corte Constitucional y cúmplase.

 

 

 

JAIME CORDOBA TRIVIÑO

Magistrado Ponente

 

RODRIGO ESCOBAR GIL               MARCO GERARDO MONROY CABRA

                Magistrado                                                                             Magistrado

 

 

 

MARTHA VICTORIA SACHICA MENDEZ

Secretaria General

 

 

 



[1] Esta tesis fue acogida por la Corte en diversos autos proferidos por la Sala Plena, entre los cuales pueden consultarse el 87 del 4 de octubre de 2000 (M.P.: Dr. Carlos Gaviria Díaz), 87A del 4 de octubre de 2000 (M.P.: Dr. Antonio Barrera Carbonell) y 96 del 11 de octubre de 2000 (M.P.: Dr. José Gregorio Hernández Galindo).