“Existe un arma más terrible que la calumnia: es la verdad”. Talleyrand
John Stuart Mill pensaba que la imposición autoritaria del silencio sobre la prensa era un “robo a la especie humana”. Lejos de asumir que estuviera siempre del lado de la verdad o de lo justo, Mill le temía incluso al silenciamiento de lo que en la prensa era erróneo e injusto. Si una información es veraz y una opinión se expresa con justicia –decía-, acallarlas es privar a la especie humana de una oportunidad para remplazar el error por la verdad, y la injusticia por lo correcto; si en cambio la información es falsa o la opinión incorrecta, la colectividad pierde una percepción más clara y una impresión más viva de la verdad y de la justicia, producida por el contraste entre cuanto es válido y cuanto no lo es.
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